NEUROENDOSCOPIA
En el pasado la máxima de la cirugía era «grandes cirujanos, grandes incisiones». Si bien eso pudo ser cierto en un tiempo, con el paso de los años se ha intentado reducir la agresividad quirúrgica, para conseguir los mismos resultados con el mínimo daño. Así, primero, se introdujo el microscopio y más tarde el endoscopio.
El endoscopio permite al cirujano la visualización del interior de un órgano hueco o una cavidad corporal, a través de un tubo flexible que lleva incorporado una luz y una óptica. El acceso suele ser mediante un orificio natural o una pequeña incisión quirúrgica. La endoscopia es parte del día a día de muchas especialidades quirúrgicas, que no se podrían entender sin el endoscopio. Es el caso de la urología o de la otorrinolaringología. En otros casos la endoscopia ha permitido llevar a cabo los mismos procedimientos que ya se venían practicando desde mucho tiempo atrás pero de forma mucho menos agresiva. Ha sido el caso de la cirugía articular (artroscopia de rodilla, por ejemplo) o de la cirugía de las cavidades abdominal y torácica.
La neurocirugía no ha sido ajena a esta corriente y el endoscopio ha ido cogiendo terreno poco a poco pero de forma constante. A día de hoy son múltitud los procedimientos que se pueden llevar a cabo con endoscopia o con la ayuda del endoscopio. La ventaja del endoscopio es que permite acercar el ojo al campo quirúrgico, que permite ver en espacios muy reducidos y que con lentes de distintas angulaciones, nos permite ver de frente, de lado o incluso hacia atrás. Es un instrumento muy versátil, que sabiamente utilizado proporciona indudables ventajas en el campo quirúrgico. La neuroendoscopia ocupa un lugar muy importante en el arsenal neuroquirúrgico actual a la hora de reducir el traumatismo a los tejidos, particularmente el nervioso, así como en el diagnóstico y tratamiento de la patología neuroquirúrgica.
Este tipo de cirugía conlleva un post-operatorio más confortable, menos doloroso y con un menor riesgo de complicaciones, permitiendo una más pronta recuperación del paciente y reduciendo los días de estancia hospitalaria, ya que la técnica quirúrgica es menos agresiva que la cirugía abierta convencional.
Indicaciones
- Fenestración de quistes aracnoideos intracraneales.
- Tumores intraventriculares.
- Colocación de catéteres intraventriculares en el tratamiento de la hidrocefalia.
- Ventriculostomía del suelo del tercer ventrículo para el tratamiento de la hidrocefalia sin implantar una derivación del líquido cefaloraquídeo.
- Fenestraciones ventriculares tanto del septum pellucidum como de tabiques intraventriculares.
- Quiste coloide del III ventrículo.
- Estenosis del acueducto de Silvio del cuarto ventrículo.
- Quistes supraselares (testimonio).
- Tumores hemisféricos quísticos.
- Hemorragias intraventriculares.
- Hematoma subdural crónico (para explorar la cavidad después de drenar el hematoma y ver si quedan restos).
- Tumores pineales.
- Patologías del ángulo pontocerebeloso, particularmente la neuralgia del trigémino.
- Clipaje de aneurisma cerebral.
- Tratamiento de atrapamiento de nervios periféricos (por ejemplo, descompresión endoscópica del síndrome del túnel carpiano o descompresión endoscópica del atrapamiento del nervio cubital en el codo.
- Asistencia en intervenciones con microscopio para ver en ángulos donde no se puede ver con el microscopio (el microscopio solo puede ver de frente y en un ángulo muy determinado, mientras que el endoscopio permite ver de lado o incluso hacia atrás.
- Neurocisticercosis desde la racemosa hasta la quística.
- Patología discal lumbar.
- Tratamiento de la hiperhidrosis.
- Abordaje quirúrgico de la base de cráneo anterior.
- Descompresión microvascular de la neuralgia del trigémino.
- Patología de la columna vertebral torácica (hernias discales, fracturas del soma vertebral, tumores, …)
Es particularmente útil en lesiones como la hidrocefalia compleja multiseptada y los tumores y quistes intraventriculares, donde representa la primera opción quirúrgica.
La cirugía con técnicas endoscópicas se aplica ya de forma regular para el tratamiento de lesiones de base del cráneo, hidrocefalia compleja y malformaciones craneales (craneosinostosis). El acceso en este caso es a través de pequeñas incisiones, lo que conlleva un menor riesgo quirúrgico, una importante reducción de días de hospitalización y una menor pérdida de sangre, en comparación con la cirugía abierta.
Actualmente la neuroendoscopia constituye una herramienta de uso diario y puede utilizarse como método primario de abordaje de lesiones, o bien como complemento de cirugías abiertas o guiadas con estereotaxia.
Ventriculostomía endoscópica con biopsia de tumor en región pineal
|
Implantación endoscópica de catéter intraventricular en hidrocefalia
|
Extirpación endoscópica de quiste coloide del tercer ventrículo
|
Abordaje endoscópico a la base de cráneo
|
Imagen de RM coronal de quiste aracnoideo parietal
|
Imagen de RM axial de quiste aracnoideo parietal
|
Fenestración endoscópica de quiste aracnoideo
|
Imagen de TAC del quiste aracnoideo tras fenestración endoscópica
|
Abordaje endoscópico hernia discal torácica
|