La artrodesis de la columna vertebral consiste en la sujeción de dos o más vértebras mediante fusión («soldadura») del hueso de las mismas. Es una opción quirúrgica en los casos de inestabilidad raquídea, espondilolistesis ístmica y/o degenerativa, artropatía facetaria, inestabilidad post-operatoria, recidiva de hernia discal y escoliosis degenerativa. El denominador común de muchas de estas condiciones es la inestabilidad segmentaria del raquis, definida como pérdida o reducción de la integridad mecánica de un segmento móvil de la columna vertebral, la cual se manifiesta por dolor o síntomas neurológicos cuando se aplican cargas a la misma. El objetivo principal de la artrodesis lumbar espinal es minimizar o eliminar la movilidad aumentando la capacidad de carga del segmento móvil lesionado.
Desde principios de siglo pasado ya se llevaban a cabo éstas intervenciones, que requerían colocar injertos de hueso del propio paciente a nivel de la parte posterior de las vértebras, una vez se habían retirado minuciosamente los músculos. El problema era que el paciente debía permanecer en cama durante seis meses en un lecho de escayola para reducir la mobilidad y con ello permitir la consolidación (fusión) de los injertos óseos. Con el fin de evitar el largo periodo de encamamiento y aumentar el porcentaje de éxito de la fusión ósea, en los años 60 se empezó en Europa y sobre todo en Francia, a colocar tornillos a nivel del pedículo de las vértebras, que se conectaban entre sí mediante barras o placas. Con el tiempo ha evolucionado el tipo de tornillo (los primeros se rompían con frecuencia) y el tipo de barras (ahora ya no hay placas y hay barras elásticas para permitir cierta mobilidad). Sin embargo el problema seguía siendo que para colocar los tornillos, las barras y los injertos había que hacer grandes incisiones y despegar, desvascularizar y denervar porciones extensas de musculatura espinal. El post-operatorio era muy pesado y largo, en buena medida por el daño infligido a los músculos por el abordaje quirúrgico.
Incisión cutánea y despegamiento de masas musculares en artrodesis postero-lateral a cielo abierto
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Sección coronal en artrodesis postero-lateral a cielo abierto con detalle del despegamiento de masas musculares
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Proyección lateral en artrodesis postero-lateral
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Visión desde atrás en artrodesis postero-lateral
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Sección coronal en artrodesis postero-lateral
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Injerto óseo a ambos lados de la columna vertebral en artrodesis postero-lateral
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Con el fin de reducir el daño a las masas musculares y conseguir una recuperación más rápida y más plena, se empezaron a aplicar técnicas de cirugía mínimamente invasiva. A nivel de la columna vertebral han permitido la reducción del tamaño de las incisiones (ya iniciada cuando se introdujo el microscopio, el endoscopio y las técnicas percutáneas con laser o con nucleotomía) y la reducción del daño a las masas musculares para-espinales.
Entre estas nuevas técnicas destaca la artrodesis lumbar postero-lateral percutánea. A traves de incisiones de un poco más de 1 cm para cada tornillo, es posible instrumentar áreas extensas de la columna vertebral. El resultado ha sido una recuperación más rápida, una reducción de la necesidad de transfundir sangre, una reducción de la estancia y de los costos hospitalarios y una re-incorporación más precoz al trabajo.
Incisiones en artrodesis postero-lateral a cielo abierto. En línea media la incisión tradicional y ambas laterales (más enrojecidas por ser más recientes) en abordaje intermuscular
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Imagen radiológica en artrodesis postero-lateral, que puede conseguirse con intervención a cielo abierto (a la izquierda) o percutánea (a la derecha)
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Incisiones cutáneas en artrodesis postero-lateral percutánea
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Como toda nueva tecnología exige un equipamiento costoso y un entrenamiento específico del personal que la aplica. Ello explica que no está disponible ni para todos los hospitales ni para todos los profesionales.
La intervención se lleva a cabo bajo anestesia general, pero si el paciente lo requiere, puede llevarse a cabo bajo anestesia local y sedación.
Dada la mínima agresividad, puede aplicarse en pacientes que de otra manera no se pueden intervenir, bien por la edad o por otras enfermedades co-adyuvantes (patología cardíaca o respiratoria, sobre todo). Tampoco requiere la transfusión de sangre, tan común en las técnicas convencionales de artrodesis de la columna vertebral. En cualquier caso nuestro equipo utiliza técnicas de cirugía sin transfusión de sangre.