DOLOR CERVICAL CRÓNICO: TRATAMIENTO CON RADIOFRECUENCIA (testimonios)
Dolor cervical es un término genérico que describe las lesiones en la columna cervical (el cuello). Con frecuencia es el resultado de un accidente de tráfico en el cuál un vehículo es golpeado por detrás por otro. Ello provoca un movimiento brusco de de la cabeza con extensión primero y de flexión después. Estos movimientos bruscos y violentos determinan la lesión de los tejidos blandos del cuello y a veces incluso de las vértebras y muy ocasionalmente de la médula espinal cervical o de sus raíces. Los síntomas pueden incluir dolor de cuello, rigidez e inflamación local, dolor de cabeza, vértigo, visión borrosa y náusea. En ocasiones el dolor de cuello se irradia a hombros, región inter-escapular, brazos o a hacia arriba a la parte posterior de la cabeza. Los síntomas pueden presentarse inmediatamente después del accidente o al cabo de uno o dos días. La edad y las condiciones pre-existentes como la artrosis pueden aumentar la severidad de las lesiones. Con la edad diminuyen los reflejos, los músculos pierden flexibilidad y fuerza, y los discos intervertebrales y ligamentos pierden elasticidad, por lo que son más frecuentes las lesiones. |
ANATOMIA
Hay siete huesos en la columna vertebral cervical (el cuello) llamadas vértebras. Entre cada dos vértebras existe un tejido fibroso y elástico que recibe el nombre de disco intervertebral. Este disco es el que permite el movimiento de la columna vertebral. Un sistema de ligamentos, tendones, y músculos ayudan estabilizar la columna vertebral y prevenir el movimiento excesivo, que podría provocar lesiones.
DIAGNÓSTICO DEL ESGUINCE CERVICAL
El examen físico suele demostrar la existencia de contractura y rigidez de la musculatura cervical con dolor a los movimientos del cuello. Las radiografías simples no suelen mostrar lesiones, al igual que la TAC cervical. El mejor estudio es la Resonancia Magnética (RM) pues puede poner de relieve la lesión de los tejidos blandos. |
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Esguince cervical
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TRATAMIENTO
Se suele iniciar con un collarete cervical que inmovilice el cuello durante dos o tres semanas. Además se administran anti-inflamatorios y relajantes musculares. Si las molestias persisten puede ser de utilidad la aplicación de quiropráxis, fisioterapia y rehabilitación. Según la evolución también puede aplicarse calor local, onda corta, ultrasonidos, laserterapia y/o magnetoterapia. |
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Collarete cervical
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En la mayoría de los pacientes con todos estos tratamientos conservadores se consigue controlar las molestias. Existe un pequeño grupo en el que, a pesar de todo, el dolor persiste. En estos casos puede ser necesaria la aplicación de tratamientos quirúrgicos. El primero de ellos es la práctica de una denervación facetaria cervical. Este procedimiento consiste en destruir las pequeñas ramas nerviosas de las articulaciones del cuello, con lo cual se alivia el dolor. Se lleva a cabo con una aguja (no se requiere de abrir la piel con un bisturí) y es ambulatorio (el paciente viene al hospital y tras el procedimiento vuelve a casa el mismo día). No se requiere de anestesia general sino solo de una sedación. En casos muy puntuales puede ser necesario el llevar a cabo una intervención quirúrgica con fusión de dos o más vértebras o con substitución del disco o discos intervertebrales dañados mediante una prótesis discal. En cualquier caso son casos excepcionales.