DOLOR CRÁNEO-FACIAL (testimonios)
El dolor cráneo-facial son un conjunto de síndromes dolorosos que afectan en mayor o menor medida a la cabeza y a la cara. El dolor puede ser sordo y pulsátil o una molestia intensa y punzante en uno o en ambos lados de la cara o de la frente. El dolor puede ser causado por un trastorno nervioso, una lesión o una infección en alguna estructura de la cara, pero también puede tener su origen en áreas vecinas.
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CAUSAS
- Migraña
- Neuralgia del trigémino
- Neuralgia del glosofaríngeo
- Neuralgia del nervio occipital mayor o neuralgia de Arnold
- Neuralgia postherpética (especialmente molesta cuando afecta a la I rama, o sea, a la cara y el ojo)
- Neuralgia del nervio intermedio
- Síndrome de la articulación temporo-mandibular
- Cefalea vascular de Horton o cefalea en racimos
- Cáncer (generalmente por invasión de los nervios craneales)
- Carotidinia o dolor en la arteria carótida
- Origen dental (por ejemplo, absceso dental)
- Sinusitis
- Arteritis de la arteria temporal
- Traumatismos craneo-faciales
- Postquirúrgico (sobre todo tras cirugías craneo-faciales extensas)
Es esencial distinguir entre los dístintos tipos de dolor craneo-facial para evitar tratamientos sin éxito.
Algunas veces el dolor facial ocurre por causas desconocidas.
DIAGNÓSTICO
Aunque el diagnóstico sigue basándose exclusivamente en la historia y la sintomatología, las modernas técnicas de diagnóstico, sobre todo imágenes de alta resolución de resonancia magnética, proporciona una información esencial para estudiar las posibles causas de estos síndromes.
TRATAMIENTO
Farmacológico
El tratamiento primario de cualquier cuadro doloroso es el farmacológico. En primer lugar se intentará eliminar la causa del dolor. Si esto no es posible o si el dolor persiste a pesar de haberse eliminado la causa, se deberá administrar medicamentos específicos en función del tipo de dolor. El dolor de tipo nociceptivo responde bien a los anti-inflamatorios y a los opiáceos, pero el dolor neuropático requiere de anti-epilépticos y derivados de los mismos.
Quirúrgico
Si no se obtiene respuesta con el tratamiento farmacológico o el resultado es insuficiente, se puede plantear el tratamiento quirúrgico. En función de la causa del dolor se pueden aplicar distintas técnicas consistentes en estimular con corrientes eléctricas el nervio o nervios dañados, administrar opiáceos a nivel cerebral o interrumpir las vías de transmisión del dolor (por ejemplo el DREZ del núcleo caudalis del trigémino o la radiofrecuencia del ganglio esfeno-palatino). Todo ello requiere una evaluación minuciosa de los riesgos, ventajas y posibilidades de éxito. En general, hay que considerar que el tratamiento del dolor es una escalera en la que con cada peldaño que se sube aumenta la efectividad pero también aumentan la posibilidad de complicaciones y efectos secundarios serios.